domingo, 9 de diciembre de 2012

La ciudad agonizante, niños durmiendo en la calle al lado de las compras navideñas. Los ojos frios de la indiferencia.

Los ojos frios de una humanidad sin corazon, palidas almas que solo saben endeudarse, aferrandose a su plastico y su triste orgullo. 
Atras, la ciudad antigua es dejada morir para vender luego los terrenos, las historias de los habitantes de la ciudad muerta a nadie le importa.
Feliz navidad, feliz fin del mundo.

 Callejon el Buque, edificio historico de Barrios Altos, totalmente abandonado.

Se quemo, hace un mes, se cayo parte de su estructura, alli esta, con sus habitantes teniendo que vivir en la calle, con sus entrañas exibidas y su miseria constante.

Calle cultural Quilca, Bar el Averno, centro de reunion de musicos, poetas y librepensadores, cerrado hace mas de un mes. (La cultura si no es comercial es perseguida.)

Esquina de Tacna con Colmena, a una cuadra, viejo edificio tugurizado, por dentro es un infierno de mugre, basura y personas de mal vivir dentro de un hermozo edificio que ahora es solo un cascaron a punto de quebrarse.

Algunos detalles: Ventanas hace mucho sin lunas.

Pareciera quemado o quizas el humo y la grasa de años de soportar el humo de las precarias cocinas.

Aun no saquean todo el metal, pero ya todo el marmol ha desaparecido dejando las escaleras mas temblorosas.

La luz del medio dia entra por las ventanas, aun queda belleza ante la agonia.

La escalera central, la luz que la alumbra es de los huecos en su techo, bajen despacio o resbalaran.


Este es el patio sobre el segundo piso, un lugar donde todos los pisos dejan caer sus desechos, los gatos observan sigilosos, manadas salvages y furibundas.

Algunos se acercan curiosos, pero asi con todo agresivos sacan sus sucias patas para repelernos, mientras nos miran misteriosos.

Mientras hordas de consumistas salen felices con enormes paquetes que seran pagados en muchos meses con altos intereses, niños duermen en las calles, el hambre les acompaña. Saben que Santa Claus no les dara regalos, su pecado es ser muy pobres.

El contraste de los arboles y los regalos, de esa alegria colorida y luminosa contra la oscuridad de la miseria es fascinante, nada como la ironia del ser humano.



Un pandillero/barra brava, muerto muy joven. No da pena, a cuanta gente habra atacado o hecho daño en su corta vida, a cuantos habra matado como expresa la frase graffiteada al lado de su espacio mortuorio. Miles de jovenes terminan en las drogas y la violencia, inservibles para su familia y la sociedad.