martes, 2 de julio de 2013

CALLE DE LARTIGA, UN ACORDEONISTA EN UNA PARED ROJA - (Crónica de Lima) - Luis J. Torres y Canon T1i.



CALLE DE LARTIGA, UN ACORDEONISTA  EN UNA PARED ROJA

(Crónica de Lima)

04/06/2008

Luis J. Torres



CALLE DE LARTIGA, UN ACORDEONISTA EN UNA PARED ROJA. 

(Crónica de Lima)

Calle de Lartiga, cuadra cuatro de Camaná, centro de lima, al lado de la estatua abstracta del universal Cesar Vallejo (como me revienta el arte abstracto). En una calle larga, Don Jorge, a su espalda una inmensa pared roja (que es el costado izquierdo de una iglesia de frontis churrigueresco en piedra), a unas cuadras de la plaza mayor, mejor dicho, imposible perderse.
Bueno, un dato mas, Camaná es paralela a Jirón de la Unión, a las primeras cuadras, les doy estos datos por que seria bueno que conocieran a Don Jorge, es un señor ya de edad venerable, vino de la sierra hace mucho, le gusta conversar y sabe manejar bien las palabras y las historias, ahh, si, es un excelente músico.
Lo conocí una mañana calma, con sol,  hace un tiempo, me parece que ya unos buenos años, un verano. El estaba sentado casi en medio de la avenida, al lado de la iglesia, con su marco rojo a sus espaldas. Un tango, alegre, melodioso, lo escuche hasta que termino la canción, luego, le dije lo que me pareció su interpretación, me agradeció, le pregunte por el, como se toca el acordeón, el me contó otras cosas. Don Jorge es ciego, su música esta en la calle donde trabaja, con su viejísimo acordeón italiano, con sus manos hábiles, con sus ojos muertos.
Su música llega a abarcar toda la calle, en los días suaves de Invierno, de esa brisa que acaricia el rostro, una caricia fría, húmeda, las notas de un tango o un bolero, de una canción criolla, de una melodía antigua, suena, alrededor de mi cabeza, de sus manos expertas sale el sonido, el alegre sonido de la ciudad antigua.
 Tengo la costumbre de escuchar a los que no escucha nadie, es fácil, solo debes tener paciencia y amar al prójimo, por ejemplo, cuando ves a un músico callejero o cualquier persona que trata de ganar unas monedas ¿Que sueles hacer?, a ver, podrías darle (Arrojarle) una moneda, seguir caminando rápido, respirar, y saber que has hecho una buena acción, ¿no es así? Umm, pues, eso hace la mayoría. ¿Tu sabes lo que estar todo el día en la calle buscando unas monedas? siendo anciano, ciego, sordo o con cualquier otro aspecto que nos haga alejarlos de nuestra sociedad perfecta, de imágenes calcadas de la televisión y el cine extranjero. Es difícil saber lo que se siente si uno mismo no lo vive, lo se, no sabes lo que se siente estar solo todo el día, sin que nadie se digne a mantener unas palabras contigo, por eso solo le das una moneda y sigues de largo creyendote bueno.
 
Escúchalos, si tu crees que les gusta las limosnas, estas equivocado, no todas las personas son como uno se imagina. Mi amigo el músico, por ejemplo, me enseño una lección hace un tiempo, y siempre pienso en el cuando es necesario.
-Dígame, don Jorge, ¿por que no esta en jirón de la Unión, donde hay mas personas que le darían dinero por su música, en vez de acá, en esta calle donde usted prácticamente toca solo?
-¿Por que?, bueno, en Jirón hay mas personas, miles caminan por allí todos los días, si estuviera en una de esas calles, estaría mejor, recibiría mas dinero, pero, esas calles son muy ruidosas, las personas sensibles no podrían escucharme con tranquilidad, y, los demás, caminan muy rápido, me darían dinero, si, pero lo arrojarían, lo dejarían rápido, sin verme, no pagarían por la música, por mi música, por la alegría que trato de darles, me darían un limosna y, eso, no es lo que estoy buscando.
 
-Ah... tiene razón, aquí, se le escucha muy bien, no lo voy a negar.
-No solo es eso, yo poseo pocas cosas, sabes, pero, no me gustaría despojarme de mi dignidad, hasta los hombres mas pobres merecemos llevarla, merecemos y debemos, ¿no crees?, yo soy músico, deseo que me paguen por una labor, cuando no sea así, entonces, tristemente, estaré mendigando.
Es por eso que cuando veo a un músico o personaje cualquiera, en una calle solitaria, en un puente viejo y sucio, en un pasaje anticuado, haciendo sonar su instrumento, haciéndolo amorosamente, tocando una melodía antigua y gastada, me pongo al lado, lo escucho hasta el final, tranquilo, disfruto esos segundos, le hago saber con un poco de ruido que estoy a su lado, que tiene un espectador (eso a todo artista callejero le gusta), cuando termina, le digo lo que siento de su música, le pago por su servicio, a veces si el tiempo me lo permite conversamos un rato.
 
He de confesar que soy un pésimo músico y que los artistas del sonido siempre me han llamado la atención, si un día me ven sentado en el piso al lado de uno de ellos, en plena calle, que no les llame la atención, debe ser que he decidido aprender.
Un dato más, cuando, ustedes se ponen al lado de un artista callejero logran el viejo fenómeno de la curiosidad humana (Si ven a alguien escuchando pacientemente, mas personas se pondrán alrededor imitándole) la cual atraerá mas personas que apreciaran el arte y le darán mas dinero al artista, lo cual es algo justo. Un abrazo, ah, y vallan a visitar a don Jorge, hasta otra crónica de Lima.
                       
                                                04/06/2008 05:24

Posdata: Don Jorge hace muchas soles que no le veo, quizás regreso a su tierra como el quería antes de dormir, y ahora oye el sonido del rio del que me siempre me hablaba, huele las flores y hojas del campo, saborea las bebidas y comidas de su pueblo y se alegra con los músicos jóvenes que acompañan las fiestas patronales.
Hasta luego Don Jorge, ya nos veremos otro día, ahora un violinista con otra historia pero igual calidad humana hace sonar su instrumento tocando huaynos en esa misma calle, les invito a oírlo y acompañarlo, buenos días.


1 comentario:

  1. oh me encata este blog!!!!!
    muy buen post! (Y)
    de hecho el arte esta en donde menos te lo esperas y hay que apreciarlo...

    ResponderEliminar